martes, 7 de mayo de 2013

Por el camino Real de la Baja California: Zona Sur (primera parte)


Seguimos nuestro recorrido por la Baja California, y llegamos hasta el Paralelo 28, donde se hace la división de la dos "Bajas", donde seguimos maravillándonos de los secretos que guarda esta hermosa tierra.

GUERRERO NEGRO

Justo en la división de las dos Bajas, se encuentra Guerrero Negro. Este poblado obtiene su nombre de un barco llamado The Black Warrior, que se dice que se hundió frente a las costas de este lugar.

Guerrero Negro guarda uno de los tesoros naturales más preciados por los mexicanos, y me atrevo a decir, uno de los casos más exitosos relacionados con el rescate de la diversidad animal, el Santuario de la ballena gris de El Vizcaíno. Este sitio consta de dos lugares, La Laguna Ojo de Liebre, ubicada a las afueras de Guerrero Negro, y la Laguna San Ignacio, situada cerca del poblado de San Ignacio. Estas lagunas se convierten cada año en uno de los espectáculos naturales más sorpendentes del país: millares de ballenas de hasta 15m de longitud (Eschrichtius robustus) vienen desde el norte del Pacífico a procrearse.

La Laguna Ojo de Liebre foma parte de los sitios Ramsar
Miles de ejemplares de la ballena gris visitan cada año tierras bajacalifornianas

La experiencia de ver montones de ballenas asomando su cabeza es increíble; estas hermosas criaturas no son peligrosas, incluso se puede llegar a tocarlas ya que son bastante amigables y divertidas. Se puede visitar el Santuario de Enero a Marzo aproximadamente. Cabe mencionar que el Santuario de la ballena gris de El Vizcaíno fue considerado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1993.

Guerrero Negro también es famoso porque tiene la salina más importante del mundo, la Exportadora de Sal, S.A de C.V. ubicada en la misma laguna Ojo de Liebre.

La Exportadora de Sal, S.A. de C.V., la Salina más importante del mundo

DESIERTO DEL VIZCAÍNO        

Siguiendo al sur, se descubre otro paisaje asombroso: la Reserva de la Biósfera del Desierto del Vizcaíno. Este desierto va desde el paralelo 28 ubicado en Guerrero Negro hasta Santa Rosalía y es una de las áreas naturales protegidas más extensas del país.

La Reserva de la Biósfera del Desierto del Vizcaíno
Dentro de este espectacular escenario se encuentra la Sierra de San Francisco, lugar donde se encuentran unas pinturas rupestres de tamaño monumental (también considerado Patrimonio de la Humanidad, no tuve la oportunidad de visitar). En este hermoso desierto se encuentran especies como yucas, cardones, y cirios. Además es hábitat de especies como el borrego cimarrón y la ballena gris ( ya que las lagunas anteriormente mencionadas forman parte de la reserva).

hogar de cirios, cardones y yucas





SAN IGNACIO

Siguiendo por la Carretera no. 1, a 145km hacia el sur, se encuentra el pueblo de San Ignacio.  Este pequeño pero pintoresco poblado fue fundado gracias a la construcción de la misión de San Ignacio de Loyola Kadakamaán, en 1728. Esta misión forma parte del conjunto de establecimientos misioneros jesuitas para evangelizar y conquistar la remota tierra de las californias. El oasis sobre el cual se edificó esta hermosa misión fue descubierta en 1716 por el padre jesuita Francisco María Piccolo, anteriormente llamada por los indígenas de la zona como Kadakamaán, que siginifica en cochimí “arroyo de carrizales”. Al entrar a la misión, se pueden apreciar tres bellos retablos de oro, donde en el principal se encuentra una imagen de San Ignacio de Loyola. A las afueras de San Ignacio se encuentra la laguna con el mismo nombre, donde también se alojan las ballenas para aparearse.

Misión de San Ignacio de Kadakamaán, una de las mejor conservadas de la penisula


NOTA: si se quiere visitar las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco, es necesario pedir permiso en las oficinas del INAH ubicadas en San Ignacio, localizada al costado de la misión.

Interior de la misión, al fondo se aprecia uno de los retablos de oro

SANTA ROSALÍA

A 73 kilómetros de San Ignacio se encuentra uno de los poblados mas interesantes de la península. Santa Rosalía se fundó en 1885, tras la instalación de la compañía minera “El Boleo”. Esta empresa francesa trajo consigo una cultura particular, ya que la arquitectura del pueblo de tipo francesa de finales del siglo XIX le proporciona una identidad bastante original. Los empresarios franceses de la época hicieron la traza de la ciudad en base a la economía, integrando casas de madera prefabricadas que incluían porches, elemento que se convirtió en característica de la población.

Antigua Fundidora
Iglesia de Santa Bárbara, diseñada por Gustave Eiffel
En la ciudad, se encuentran edificios importantes como la antigua fábrica de El Boleo (actualmente un museo), la antigua fundidora, el hotel francés, y la iglesia de Santa Bárbara hecha de acero prefabricado traída desde Francia y diseñada  por el mismo Gustave Eiffel.

arquitectura típica de Santa Rosalía
Actualmente, Santa Rosalía guarda un aire de nostalgia, donde uno se puede pasar una tarde caminando por sus tranquilas calles.
 
Casas de  madera con porches llenan Santa Rosalía


MULEGÉ

Continuamos nuestro viaje hacia el sur, y llegamos a Mulegé, donde nos topamos con un hermoso paisaje. Este pequeño poblado, al igual que San Ignacio, esta dentro de un oasis, lo que le da un toque de magia al lugar. Mulegé es una palabra cochimí que traduce como “barra grande de la boca blanca”. En Mulegé se encuentra la Misión de Nuestra Señora de Santa Rosalía de Mulegé fundada en 1705 por el padre Juan María Basaldúa.

El hermoso oasis de Mulegé

Mulegé es una parada obligatoria dentro de este recorrido por la península, es un lugar lleno de historia, naturaleza y sobre todo un aire de paz y tranquilidad.

Misión de Nuestra Señora de Santa Rosalía de Mulegé

La península de Baja California guarda estos preciados tesoros y muchos más que no caben en una sola entrada de este blog. Baja California Sur cambia bastante del norte, se encuentran poblaciones con características peculiares que lo vuelven un territorio lleno de misticismo y sorpresa.